La economía española ha sido reconocida en el mundo como la de mejores resultados de la OCDE. Este hecho no es fruto de la casualidad, sino de una gestión socialista que ha sabido combinar rigor, sensibilidad social y una estrategia económica impecable.

La clave del éxito económico del Gobierno de Pedro Sánchez se sustenta en las reformas laborales, que han permitido crear empleo, reducir la precariedad y mejorar las condiciones de vida de millones de familias. En Almería, el desempleo alcanzado la cifra más baja desde hace 18 años, con un descenso que casi duplica la media nacional. Y para este año se prevé que el empleo supere la barrera de los 22 millones de afiliados a la Seguridad Social en nuestro país.

Otro elemento fundamental de este hito histórico que coloca a España en el mapa de la excelencia económica mundial ha sido el control del déficit público. A diferencia de las políticas de austeridad impuestas por el PP, que sólo generaron desigualdad y descontento social, el PSOE ha demostrado que es posible mantener unas cuentas saneadas sin sacrificar la inversión en bienestar social. De hecho, cada pensionista almerienses cobrará 500 euros más de media en 2025, al destinar el Gobierno 48 millones más al sistema de pensiones.

Aquí, en Almería, el Gobierno invierte más de un millón de euros cada día en la línea de Alta Velocidad, con casi 400 millones de euros invertidos en este último año y un ritmo de ejecución de los trabajos insuperable. La provincia ha recibido más de 700.000 euros para bonificar los transportes públicos, la mayor parte para rebajar el billete del autobús en la capital. Y si los mandatarios del PP presumen del nuevo Mirador de San Cristóbal  y de las viviendas de alquiler que va a construir el Ayuntamiento es gracias a los fondos europeos Next Generation gestionados por el Gobierno de España.

Esto demuestra, una vez más, la superioridad de la gestión socialista bien planificada, frente a las políticas improvisadas y regresivas de la derecha. Por eso, el golpe más contundente contra la narrativa del PP, que  no duda en utilizar la política del bulo para desacreditar al Gobierno de Pedro Sánchez, es salir a la calle y comprobar que bares y restaurantes están llenos, y que el consumo está más activo que nunca porque gozamos de una economía fuerte, saneada y comprometida socialmente que está transformando la vida de la gente.